La recesión en España será peor que en otros países de la zona euro. A estas horas eso ya es un secreto a voces. La pasada semana el Gobierno tuvo que hacer un ejercicio de realismo-pesimismo ante la situación actual de nuestra economía. Hace unas horas se han publicado en El País algunas pinceladas de Pedro Solbes sobre nuestra realidad y en ellas parece dibujarse un panorama sombrío al borde de un agujero negro. Esta mañana el Presidente del Gobierno a preguntas de Carles Francino en la SER respondía que se haría todo lo posible porque no lleguemos a los cuatro millones de parados. Pero eso ya es un imposible. Se trata de la crónica de una muerte anunciada desde no hace pocos años. Lo hemos dicho aquí tantas veces que hasta el teclado lo escribe solo: algunos anunciaron las turbulencias (preferimos a Niño Becerra, Marc Vidal o Juan Torres López entre otros) y llegadas éstas, las gravísimas dificultades que vendrían después. Que no se siga diciendo que nadie lo advirtió.
Solbes ha admitido que ya poco o muy poco le queda por hacer. El enfermo ha recibido ya todas las medidas paliativas a disposición del doctor y, lo que es aún peor, no reacciona ni lo más mínimo, como afirmaba Gabilondo en un editorial de la pasada semana en Noticias Cuatro.
La Comisión Europea también se ha pronunciado esta mañana para aclarar más nuestro particular caso. España lo va a pasar peor que otros países, su recuperación será más lenta y, además, la crisis durará más de lo que prevé el Gobierno y otros organismos e instituciones. Vamos a ser claros. En período breve de tiempo, uno de cada cinco españoles en edad de trabajar estará en paro.
Mientras en alguna ciudad de nuestro territorio ya desfilaron ayer algunas pancartas advirtiendo de una inminente macro-huelga, Obama se prepara para ocupar su cargo de Presidente de la Primera Nación del Mundo.
Su fama de orador es ya casi tan popular como su sonrisa pero este fin de semana dijo algo en uno de sus discursos en lo que merece la pena detenernos: va a defraudar necesariamente a muchas personas porque en sus manos no está la posiblidad completa de cambiar el mundo.
Nos pasó cuando agonizaba Carol Wojtyla o cuando Aznar se retiró a los aposentos de la FAES, por poner sólo un par de ejemplos recientes. Creímos que tan malo había sido el anterior período que ya sólo cabía ir en la dirección de mejorar. Pero la historia nos demuestra que esto es complentamente incierto. Obama es inteligente, habla bien y es guapo pero no es la panacea ni tampoco se lo permitirán. Los grupos de presión a los que se debe para permanecer vivito y coleando rasgarán sus deseos a la primera de cambio y él lo sabe bien. Lo que le fastidia es que después le hieran su ego con críticas demoledoras que también harán historia. Ante todo él es un ser humano con su orgullo y su amor propio como cualquiera de nosotros. Por eso lo ha querido dejar claro antes de que empiece la película. Quizá éste sea un largometraje sin final feliz. O no tan feliz como el esperado. El que avisa no es traidor.
Sumido hoy en medio de la desesperación por los datos catastróficos que se han conocido, nuestro Presidente le dice a los españoles con Francino de testigo que Obama no podrá con todo y que España estará para ayudarle. Todos deseamos que sin tener que subir para ello las piernas a la mesa de un despacho de la Casa Blanca y hablar con acento tejano.
Hasta mañana obamistas de derechas y de izquierdas. Hasta mañana progresistas desencantados de Obama. Hasta mañana festejadores de múltiples eventos. Hasta mañana J.
lunes, 19 de enero de 2009
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