Podemos pero sólo a medias. La sociedad que escribe la página de este siglo tiene por delante enormes desafíos y el tiempo pasa en su contra. Cada día que un niño es explotado, cada ocasión que una mujer es asesinada por el embrutecimiento de su entorno, cada vez que un negro es insultado o un homosexual discriminado las políticas que parecían de altos vuelos se convierten en políticas de vuelo gallináceo. No sabemos todavía si Obama viene con traje de pluma de cisne o de patito feo. El tiempo lo dirá. Por lo pronto, éste ha sido un fin de semana muy movido y reivindicativo. Después de la decepción entre la comunidad lgtb por la ilegalización de los matrimonios gays en Florida, Arizona y California, han venido las protestas por esta prohibición. El escenario elegido es simbólico por su historia, Los Ángeles, para una comunidad que aún no puede descansar en paz, como nuestros represaliados del franquismo. Por eso y porque es una verdad a medias la que pregona el lema de que podemos, han intentado reclamar sus derechos donde se ganan tradicionalmente, en las calles. El pentagrama donde se escriben las mejores composiciones sociales ha sido siempre el mismo, el asfalto o la tierra de la calle. Ésa es la sala de maquinas que da el primer impulso a las piezas que se desperdigan luego por el mundo. Y la materia prima para que arda el motor es el dinero, siempre el sucio dinero. Una iglesia de gran arraigo en aquellos lares ha gastado millones de dólares a favor de la campaña para la ilegalización de los matrimonios homosexuales. Ha sido, fíjense bien en el dato, una de las campañas más caras de la historia de aquel país. Las cifras gastadas son directamente proporcionales a la lectura de peligro que de nosotros hacen ciertos sectores de la sociedad. Nos quieren atados y bien atados, sin posibilidad alguna de proliferar y asociarnos. Dicen que nos quieren y respetan como individuos pero no como colectivo movilizado. Casarse, formar familias, educar hijos... son privilegios que no se nos deben conceder y aún no están a nuestro alcance. Con estos pulsos de fuerza se retratan las partes implicadas. Unos gastando dinero a marchas forzadas y en plena ruina financiera para comer la cabeza a los de su comunidad y otros, defendiéndose en las calles de la intolerancia de los primeros. Todo por la dignidad de un grupo social minoritario que ve pasar los años añorando la justicia plena y los derechos plenos que nunca llegan.
Pilar Urbano arremetió contra los homosexuales diciendo que en España este colectivo atesoraba un gran poder político, como si ese también fuera terreno que debiera sernos vetado. En su mente sí caben esos vetos. Una mujer educada en la renuncia y la austeridad debe entregar todos sus esfuerzos por Cristo. Pero Cristo debe estar harto de toda esta locura travestida de cleriman, sotana y uniforme , a poco que se le parezca a las estampas que cuentan los evangelios. Cristo lleva presenciando dos mil años de hostias entre "los depositarios" de su credo por alcanzar el poder y hacerse con el control y para ello se ensucia su nombre y desvirtúan sus palabras.
Las hostias entre sacerdotes de las últimas horas en la Ciudad Santa no son nada nuevo. Las iglesias que siempre lucharon contra nuestros derechos han escrito su historia a golpes y navajazos, al más puro estilo arrabalero y barriobajero del extrarradio. Ya lo sabía el Hijo del Hombre que, en vida, dedicó algunos de sus mejores improperios a esta clase acomodada obsesionada por el control del poder.
Vistas así las cosas, los homosexuales no importamos tanto, al menos no en esencia. Somos más el pretexto adecuado en el momento oportuno para seguir intoxicando las mentes de los vulnerables que se prestan (por el pánico que produce conducir la propia vida) a que otros les marquen los caminos que deben transitar. La comunidad lgtb es la excusa para seguir con la inercia de tantos siglos de historia. Sin quererlo nos hemos convertido en los nuevos cruzados del siglo XXI porque Dios protege siempre a los más débiles y a ellos les abre el misterio de su palabra. Y ya lo dijo Cervantes magistralmente: "con la Iglesia hemos topado".
Mañana es el gran día. Mañana querré más a todos los que me habéis acompañado en el alma. Mañana empezaré a escribir otra historia y la compartiré con todos los desterrados del planeta, como es mi ilusión. Hasta mañana liberado J.
lunes, 10 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Dicen (y yo lo he comprobado en mis huesos) que cuando te rompes un brazo te das cuenta de cuanta gente va por la calle con sus brazos rotos. (Esto siguiente no lo he comprobado) Dicen que cuando una mujer esta preñada (algunos consideran que es el término mas adecuado) cuando va por la calle ve mas preñadas que nunca. La ciencia estadística nos asegura que eso no es cierto. Pero no nos protege frente a nuestra propia capacidad de seleccionar lo que vemos (o queremos ver) y eso convierte en realidad las afirmaciones anteriores.
Entiendo y asumo que “pertenecer” a un colectivo desfavorecido hace que la mirada se oriente cada vez mas hacia las problemáticas de ese grupo.
Personalmente estoy absolutamente en contra de las discriminaciones, de todas, positivas o negativas. Porque creo que para respetar una opción es innecesario elevarla sobre las demás.
La opinión se forma en la calle pero no necesariamente con barricadas, se forma con respeto, mostrando comportamientos coherentes, luchando contra los “enemigos sin sueño del Amor” que desvirtúan una realidad: “puede el hombre, si quiere, conducir su deseo por venas de coral o celeste desnudo” y actuando sobre la cultura porque aquellas (las opiniones) son el producto de esta (la cultura).
Así que mucha Salud, Amor y ....... Cultura para todos.
Guapoooo!!! echo de menos tus entradas, espero que ya estés mas recuperado y espero verte pronto. un beso
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