Llevo muchos días mordiéndome la lengua sobre las suspuestas polémicas opiniones de la Reina en el libro de la señorita Urbano. A estas alturas no hace falta ponerles en antecedentes porque conocen sobradamente el asunto. La periodista amiga de Zarzuela se ha mantenido firme en el fondo y en las formas hasta el momento. No ha mostrado la más mínima intención de rectificar o de aclarar algún posible malentendido aunque algunos párrafos de su obra han suscitado reacciones de todo tipo entre diferentes sectores de la sociedad. Todo el mundo ha opinado sobre las supuestas opiniones que Doña Sofía tiene sobre el aborto, la eutanasia o el matriminio entre homosexuales. He seguido este tema con un interés y expectación máximos por muchos motivos, algunos de ellos evidentes. De la reacción de sorpresa inicial pasé al análisis detenido de la biogafía de Su Majestad para encuadrar las opiniones a ella atribuidas (lo he tenido a la mano gracias a la celebración en todas las televisiones del culpleaños real) y ahora al más profundo sentimiento de tristeza y desánimo que puedo albergar. No he querido entrar ni voy a hacerlo en el contenido polémico del libro. Sólo decir al respecto que no lo pienso comprar. Una señora preguntaba el sábado a una dependienta de unos grades almacenes famosos de mi ciudad: "¿éste es el libro donde la reina habla mal de los gays? Con cara de cansancio la dependienta mileurista le contestó: "sí señora, éste es". No hay que ser muy listos para darse cuenta de que el daño ya está hecho. Después vendría un breve comunicado de la Casa Real para frenar la cascada de reacciones pero, reitero, el daño ya estaba hecho.
La autora del libro y periodista de confianza del entorno de la Casa Real ya se había explayado años antes al hablar en primera persona sobre los temas por los que ahora vuelve a saltar la polémica. No creo (es una apreciación personal) que ningún medio nacional se esté atreviendo tanto como El Plural a tirar del hilo. Ni el resto de medios progresistas que apoyan al gobierno y sus leyes sociales ni tampoco el propio ejecutivo de Zapatero creo que estén sabiendo estar a la altura de las circunstancias, aunque reconozco que los hechos nos han sobrepasado de lejos a todos.
Volviendo a la biógrafa autorizada por Zarzuela leo que de sus labios salieron en el pasado estas supuestas declaraciones a Elle: "dos homosexuales podrán ser un par, por aquello de ser dos, como las alpargatas. Pero nunca serán una pareja. Ni siquiera una yunta. Y por supuesto, jamás un matrimonio. Esa institución (monogámica, heterosexual, formalizada y consensual) o se da entre un varón y una hembra o no se da". Añado algunas frases más de sustancia: "Sería perverso y pervertidor que un niño, que una niña, se criase en el ambiente enrarecido, enfermizo, deformante, vicioso y tarado de un par de maricones o de lesbianas que fingen ser lo que no son, hacer lo que no hacen y dar lo que no tienen (...) el homosexual me merece el mayor de los respetos, siempre que sepa apechugar con su desviación a solas".
Como después de releer lo transcrito no me quedan fuerzas para luchar ni más lágrimas en los ojos para llorar la pena acabaré el artículo con tres breves reflexiones.
Primera. Siendo muy bienintencionados siempre nos quedará la duda de lo que quiso decir la Reina a Pilar Urbano.
Segunda. Nos hacemos a la idea de lo que la escritora quería con su obra y la felicitamos por haberlo conseguido.
Tercera. No paro de leer en decenas de artículos y todo tipo de fuentes que la periodista guarda una estrecha relación con algún sector del catolicismo español. Me cuesta creerlo de veras. Yo fui educado en un colegio de monjas y, desde el primer día, aprendí de ellas a ejercer, como mejor he podido en mi vida, la caridad cristiana...
Vengo echando en falta a mi Presidente. El Presidente que defendía la alegría para ganar las elecciones. El Presidente que en un discurso histórico ante los representantes del pueblo español dijo aquella frase "dejad en paz a los homosexuales". Ahora que Zapatero se esconde detrás de los números rojos y Rajoy sigue con su ambigüedad crónica de siempre me alegro mucho de haber conocido a gente como MC, que hace un año ofició mi boda con toda su entrega y sentimiento. Mi matrimonio ha sido puesto en tela de juicio y eso me duele. Se pondrá en duda mi idoneidad para ser padre y la de mi marido, pero todo esto nos hará más fuertes no sólo a los homosexuales sino también a no pocos heterosexuales. Hasta mañana amigos. Hasta mañana tristes M y J.
Dedicado a MC por querernos en la persona y en el símbolo. De tu matrimonio preferido.
martes, 4 de noviembre de 2008
Por caridad cristiana
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2 comentarios:
Cuando lo personal se mezcla con la actualidad,la emoción aflora. Gracias por tu mensaje.
Hoy somos todos las mujeres y hombres de bien un poco mas felices, Obama ya es el presidente de EEUU, McCain le deseó feliz viaje en esta nueva andadura, y no puedo dejar de pensar que ironizaba al respecto. Tiempo al tiempo, pero de momento disfrutemos de la alegria.
Respecto a la entrada de la reina que es la que me ocupa, decir que ideas e instituciones desfasadas no deberian ocupar ni unas lineas ni unos pensamientos que le den bombo a la desfachatez.
El matrimonio gay es un derecho que nos posiciona en situación de igualdad y que tras reivindicaciones de muchos años ya es una realidad. No hay más que hablar.
Durante mucho tiempo tampoco votaban las mujeres y ahora hay paridad en los mas altos órganos políticos, aunque de vez en cuando suframos el machismo esto ya pertenece al pasado, como la Reina y su institución.
Gracias por recordarme, una admiradora que os quiere y respeta y que se siente orgullosa de haber tenido la oportunidad de conoceros.
Os quiero.
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