Esta mañana reflexionaba con un amigo acerca del panorama actual y se extrañaba al redescubrirme como un firme convencido en la fuerza y la dignidad de la política. Me decía que con la que está cayendo no entendía mi confianza en esa otra clase social (supra social) que constituyen los políticos. He de confesar que algo de idealista conservo de mi etapa adolescente. Quizá los Vallejo-Nágera me puedan diagnosticar uno de esos trastornos a consecuencia de la inmadurez de mi personalidad, no lo sé, pero a pesar de todo sigo creyendo en los políticos.
No obstante, no cumplo un dogma de fe en ningún caso. Hace tiempo que no me caso ni con la madre que me parió y menos en cuanto a política se refiere. Conviene redirigir los términos para entendernos un poco mejor.
Las personas (todas) somos corrompibles porque adoramos el poder. Nos encanta el dinero y el agasajo como nada en el mundo. Desde que reconocemos con franqueza nuestra naturaleza falible estamos en disposición de entender que las ideas se pueden ir al traste con tal de llenarnos los bolsillos de dinero y el ego de aplausos. Obsérvese que no interesa nunca, llegados a este punto, roer hasta el hueso con nuestras críticas al oponente ya que podríamos hacer cosas parecidas si se nos diera la ocasión.
Tener unos ideales basados en el realismo no es ni de lejos pernicioso, más bien al contrario, nos guía ante el mundo y la sociedad en estampida en la que estamos viviendo. Qué puede lograrse y qué es utópico dependerá de una multiplicidad de factores en cada momento histórico que no entraremos a valorar. Los gobiernos son como los individuos: listos o torpes, realistas o utopistas, sensatos o enfermos mentales.
El sistema político basado en la democracia ha demostrado hasta la fecha ser el menos malo de todos los recursos utilizados para guiar a nuestros pueblos. Como sistema consta de elementos criticables pero nos compensa en la suma global.
Estamos asistiendo a un debilitamiento atroz de las estructuras que habían servido como soporte a nuestra sociedad y el PP se empecina en reclamar su parte del pastel. Antepone sus intereses como partido frente a los del bien común. He aquí algunos ejemplos de los que no vamos mal surtidos:
-críticando destructivamente al Gobierno ante la caída de la primera caja de ahorros
-intentando desenfrenadamente el acaparamiento de poder en Caja Madrid
-inculpando al Gobierno por las tasas de paro
-manipulando con los repartos del agua en comunidades donde existe conflicto
-dividiendo a la sociedad con moralinas trasnochadas que nadie duda de disparatadas
-reabriendo debates acallados durante la etapa conservadora
-utilizando la calle para el alboroto social y el insulto
-utilizando los foros para desacreditar y atacar y pocas veces para proponer o aliviar cargas
-ofreciendo a la opinión pública internacional una visión desajustada de nuestro país
y un sinfín de argumentos más que podríamos citar para entender la deslealtad de este partido ávido de poder.
El formato ha cambiado poco desde la legislatura pasada. El insulto y la bronca barriobajera han cedido paso a voces en apariencia más abemoladas que se lanzan a morder a dentelladas a la mínima oportunidad con aquella finura que se enseña en los colegios de pago.
Ven ustedes como no soy tan incauto. Creo en la política, creo en algunos políticos, creo que a veces, como a buen seguro ocurre ahora, es mejor para todos callar y no pregonar según qué cosas delicadas. Creo que a eso se le llama política de Estado. Y no creo, por seguir hablando de fe, en esos dirigentes que se frotan las manos cuando mi hermana no llega a fin de mes con tal de deshacerse de Zapatero.
lunes, 30 de marzo de 2009
jueves, 26 de marzo de 2009
Vivir el evangelio
Vuelvo a levantar mi voz en contra del sostenimiento por parte del Estado de la red de colegios religiosos concertados en los términos en que ahora se produce. Sabemos que con los impuestos de todos los ciudadanos se están cometiendo las mayores tropelías en algunas aulas, todo ello con la vista gorda por parte de los estamentos oficiales y los responsables de educación.
Como homosexual tengo que sufrir el acoso de decenas de colegios de muchos barrios de mi ciudad que adoctrinan a sus alumnos, sin pudor alguno, en contra de los derechos de las personas con mi orientación sexual. En clases de religión o similares contextos se explica a los adolescentes que la homosexualidad no es algo natural, que se puede curar y cosas por el estilo, lo cual me produce buenas dosis de asco e indignación. No entro a calificar lo que siento si me pongo a pensar que esa homofobia está pagada por mi bolsillo.
Esta red de enseñanza sostenida por los impuestos de todos se dedica a desprestigiar, cuando le place, las políticas de izquierdas y tiene tanto poder que puede organizarse y machacar a un gobierno que le resulte incómodo para el logro de sus propósitos.
En un colegio concertado de Logroño se ha estado mostrando un vídeo a los alumnos de secundaria en el que aparecen escenas escalofriantes de fetos destrozados al lado de la cara de Zapatero y otros dirigentes socialistas. La emisión de tales imágenes trataba de persuadir al alumnado para que se opusiese a la reforma del aborto discutida en la actualidad. Pero no sólo se trataba de orientar a los chavales hacia una posición contraria a la del Gobierno. Esta ocasión se ha ido un paso más lejos que en las anteriores. Mientras ellos sonríen (Zapatero y sus Ministros), miles de vidas serán aniquiladas o algo parecido dice el documento proyectado en clases de Ética y Educación para la Ciudadanía.
La directora del colegio se ha defendido de la lluvia de críticas por parte de padres, políticos y asociaciones laicas diciendo que en el colegio sólo "intentan vivir el evangelio" y que nunca pensó que esto fuera antigubernamental. Me recuerda mucho esta profesora a aquella otra directora de un centro concertado que no aceptaba la matriculación en sus aulas de la hija menor de una pareja de lesbianas. Comparten quizá idearios parecidos rozando siempre la ilegalidad.
No le está mal empleado al PSOE por sus permanentes bajadas de pantalón ante la jerarquía católica la campaña de desprestigio, acoso y derribo que está sufriendo en sus carnes. Muchos la llevamos padeciendo desde hace años pero especialmente desde que se aprobaran leyes que nos hicieran ciudadanos de primera y tanto molestaran a los terroristas de la fe. Aún recuerdo la Plaza de Colón llena de curas, catequistas y amiguetes del PP al llegar de mi luna de miel en Nueva York. Entonces querían sacar los ojos a un Gobierno que había dignificado a muchas personas en España perseguidas y discriminadas por su homosexualidad. Ahora, en los colegios concertados inauguran una nueva campaña que puede conducir al arrastre a ZP y los suyos con el sello de la desvergüenza de la Conferencia Episcopal. Lo mismo da un lazo blanco en una cofradía andaluza que un vídeo obsceno y desproporcionado en un colegio, todo con tal de que volvamos a vivir el evangelio.
Como homosexual tengo que sufrir el acoso de decenas de colegios de muchos barrios de mi ciudad que adoctrinan a sus alumnos, sin pudor alguno, en contra de los derechos de las personas con mi orientación sexual. En clases de religión o similares contextos se explica a los adolescentes que la homosexualidad no es algo natural, que se puede curar y cosas por el estilo, lo cual me produce buenas dosis de asco e indignación. No entro a calificar lo que siento si me pongo a pensar que esa homofobia está pagada por mi bolsillo.
Esta red de enseñanza sostenida por los impuestos de todos se dedica a desprestigiar, cuando le place, las políticas de izquierdas y tiene tanto poder que puede organizarse y machacar a un gobierno que le resulte incómodo para el logro de sus propósitos.
En un colegio concertado de Logroño se ha estado mostrando un vídeo a los alumnos de secundaria en el que aparecen escenas escalofriantes de fetos destrozados al lado de la cara de Zapatero y otros dirigentes socialistas. La emisión de tales imágenes trataba de persuadir al alumnado para que se opusiese a la reforma del aborto discutida en la actualidad. Pero no sólo se trataba de orientar a los chavales hacia una posición contraria a la del Gobierno. Esta ocasión se ha ido un paso más lejos que en las anteriores. Mientras ellos sonríen (Zapatero y sus Ministros), miles de vidas serán aniquiladas o algo parecido dice el documento proyectado en clases de Ética y Educación para la Ciudadanía.
La directora del colegio se ha defendido de la lluvia de críticas por parte de padres, políticos y asociaciones laicas diciendo que en el colegio sólo "intentan vivir el evangelio" y que nunca pensó que esto fuera antigubernamental. Me recuerda mucho esta profesora a aquella otra directora de un centro concertado que no aceptaba la matriculación en sus aulas de la hija menor de una pareja de lesbianas. Comparten quizá idearios parecidos rozando siempre la ilegalidad.
No le está mal empleado al PSOE por sus permanentes bajadas de pantalón ante la jerarquía católica la campaña de desprestigio, acoso y derribo que está sufriendo en sus carnes. Muchos la llevamos padeciendo desde hace años pero especialmente desde que se aprobaran leyes que nos hicieran ciudadanos de primera y tanto molestaran a los terroristas de la fe. Aún recuerdo la Plaza de Colón llena de curas, catequistas y amiguetes del PP al llegar de mi luna de miel en Nueva York. Entonces querían sacar los ojos a un Gobierno que había dignificado a muchas personas en España perseguidas y discriminadas por su homosexualidad. Ahora, en los colegios concertados inauguran una nueva campaña que puede conducir al arrastre a ZP y los suyos con el sello de la desvergüenza de la Conferencia Episcopal. Lo mismo da un lazo blanco en una cofradía andaluza que un vídeo obsceno y desproporcionado en un colegio, todo con tal de que volvamos a vivir el evangelio.
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lunes, 23 de marzo de 2009
La tarde de Ronda
Por una tortuosa carretera que profana un frondoso bosque se llega a Ronda, ciudad taurina y romántica.
El Parque Natural de la Sierra de las Nieves está esculpido en la roca con cincel de agua dulce. Los pinsapos milenarios reciben hospitalariamente al visitante capitalino de pulmones embotados por humos de urbe tóxica.
Corona la escena un cielo roto como por el mismo Greco y el sol ilumina un rocío prehistórico proyectándose uniformes sombras en el mantillo verde.
Al medio día nuestros pies de caucho nos dirigen a la Casa del Rey Moro para remozarnos con las milagrosas aguas del río Guadalevín. Rodeados de jardines afrancesados enmarcados en vistosa azulejería, reposan allí palabras quebradas por cumbres y sueños de poeta en desengaño.
Escaleras que ahora suben
peldaños que nunca descienden
da gritos de pena el monte
por los hijos que se mueren.
Bajo un calvario de cruces
raspadas en la roca fría por algún pío cristiano
nos cruzamos con una Princesa mora
y su Príncipe sevillano.
Ella es guerrera noble
con alma de vieja gitana
conocedora de hechizos
que hacen serenar los dramas.
Él de tez fina y engolfada
verbo fácil y risueño
de espaldas anchas y prietas
buenas para limpieza de espadas.
Nosotros, dos gorriones huérfanos
de calle empedrada
cantando versos y ensalmos
a viandantes presos en sus telarañas.
Aquellos ojos morunos
de recta mirada
nos hicieron comprar sedas
en el zoco de su plaza.
Aquellas valientes manos
de pluma gruesa empuñada
fueron el deleite mío y de mi amado
en camas soñadas.
Luego se pasó la tarde
a la callanda
las hiedras fueron testigo
del partir y las miradas.
Llegó un ocaso más joven
que puso en vilo estas carnes tan rasgadas
de llegar siempre a deshora
de músicas descompasadas.
Quedan por siempre sus tallas
y el placer de contemplarlas
como versos rotos quedan
por recomponer en Málaga.
Por lo soñado en Ronda, vivido donde se viven los sueños.
A los compradores de nuestros ensalmos.
El Parque Natural de la Sierra de las Nieves está esculpido en la roca con cincel de agua dulce. Los pinsapos milenarios reciben hospitalariamente al visitante capitalino de pulmones embotados por humos de urbe tóxica.
Corona la escena un cielo roto como por el mismo Greco y el sol ilumina un rocío prehistórico proyectándose uniformes sombras en el mantillo verde.
Al medio día nuestros pies de caucho nos dirigen a la Casa del Rey Moro para remozarnos con las milagrosas aguas del río Guadalevín. Rodeados de jardines afrancesados enmarcados en vistosa azulejería, reposan allí palabras quebradas por cumbres y sueños de poeta en desengaño.
Escaleras que ahora suben
peldaños que nunca descienden
da gritos de pena el monte
por los hijos que se mueren.
Bajo un calvario de cruces
raspadas en la roca fría por algún pío cristiano
nos cruzamos con una Princesa mora
y su Príncipe sevillano.
Ella es guerrera noble
con alma de vieja gitana
conocedora de hechizos
que hacen serenar los dramas.
Él de tez fina y engolfada
verbo fácil y risueño
de espaldas anchas y prietas
buenas para limpieza de espadas.
Nosotros, dos gorriones huérfanos
de calle empedrada
cantando versos y ensalmos
a viandantes presos en sus telarañas.
Aquellos ojos morunos
de recta mirada
nos hicieron comprar sedas
en el zoco de su plaza.
Aquellas valientes manos
de pluma gruesa empuñada
fueron el deleite mío y de mi amado
en camas soñadas.
Luego se pasó la tarde
a la callanda
las hiedras fueron testigo
del partir y las miradas.
Llegó un ocaso más joven
que puso en vilo estas carnes tan rasgadas
de llegar siempre a deshora
de músicas descompasadas.
Quedan por siempre sus tallas
y el placer de contemplarlas
como versos rotos quedan
por recomponer en Málaga.
Por lo soñado en Ronda, vivido donde se viven los sueños.
A los compradores de nuestros ensalmos.
viernes, 20 de marzo de 2009
Cercano siempre a la locura
Hay un cementerio en el que me gustaría vivir. Se encuentra en algún punto perdido de la geografía andaluza hermanado con Málaga.
Desde él se puede ver amanecer poseyendo el sol y envolverse con las nubes que coronan la montaña que observa la esotérica estampa.
Sus privilegiados habitantes reposan en la misma eternidad que soñó Antonio Gala, dejando su alma caer entre versos lorquianos, verdes que te quiero verdes prados, verdes ramas...
En las calles huele a azahar durante las breves noches de verano mientras el grillo regala a la luna interminables sinfonías de cuerda.
La cal de sus casas me trae a la mente un gran libro, uno sin principio ni fin en el que pueden leerse vidas ahora silenciadas, en el que se escribirán más romances y sueños por cumplir que quedaron emborronados bajo aquella falda larga y negra.
Su enterrador es un hombre curtido por el mismo sol y la misma luna cómplices ahora de sus locuras y hechizos para burlar a la muerte.
Es dicharachero y mira a los ojos como el pocero amarra el cubo para extraer líquido del fondo.
Se sabe importante porque es guardián de promesas incumplidas y es una frágil columna pensada para permenecer recta pero constrída de materiales innobles.
Cuenta que un día vio pasear por callejuelas a familiares y amigos y también los vio en el mercado o arrancando tomillo en el monte durante aquella romería en honor a San Sebastián.
No quiere tropezar con aquel osario de dramas pero cada día se topa con él para dar fe de lo efímero del hombre. Se refugia tras una espesa cortina de humo y de esa forma, siendo a la vez hombre y niño en pleito, enternece al visitante.
Se cita allí cada día con el duende y la guitarra mientras cava con su pala un nuevo agujero de llantos. Cercano siempre a la locura, siente la soledad sostenida entre el principio y el fin y espera que aquel humo le haga ver otra cara del hombre y sus anhelos.
Si os perdéis por un bosque de matorral y olivo coronado por un sol justiciero que envía lanzas prendidas desde lo alto al eclosionar la primavera, si vuestros pasos os conducen por algún motivo incierto hasta aquel Pueblo Divino tocado de la pureza del blanco, preguntadle a él por este viaje. A buen seguro os acogerá con el graciejo de los lugareños y la sabiduría del filósofo griego. Si ya no está, no se apene vuestro corazón pues se reunió con los suyos en aquel pueblecito blanco o metálico como la luna.
Desde él se puede ver amanecer poseyendo el sol y envolverse con las nubes que coronan la montaña que observa la esotérica estampa.
Sus privilegiados habitantes reposan en la misma eternidad que soñó Antonio Gala, dejando su alma caer entre versos lorquianos, verdes que te quiero verdes prados, verdes ramas...
En las calles huele a azahar durante las breves noches de verano mientras el grillo regala a la luna interminables sinfonías de cuerda.
La cal de sus casas me trae a la mente un gran libro, uno sin principio ni fin en el que pueden leerse vidas ahora silenciadas, en el que se escribirán más romances y sueños por cumplir que quedaron emborronados bajo aquella falda larga y negra.
Su enterrador es un hombre curtido por el mismo sol y la misma luna cómplices ahora de sus locuras y hechizos para burlar a la muerte.
Es dicharachero y mira a los ojos como el pocero amarra el cubo para extraer líquido del fondo.
Se sabe importante porque es guardián de promesas incumplidas y es una frágil columna pensada para permenecer recta pero constrída de materiales innobles.
Cuenta que un día vio pasear por callejuelas a familiares y amigos y también los vio en el mercado o arrancando tomillo en el monte durante aquella romería en honor a San Sebastián.
No quiere tropezar con aquel osario de dramas pero cada día se topa con él para dar fe de lo efímero del hombre. Se refugia tras una espesa cortina de humo y de esa forma, siendo a la vez hombre y niño en pleito, enternece al visitante.
Se cita allí cada día con el duende y la guitarra mientras cava con su pala un nuevo agujero de llantos. Cercano siempre a la locura, siente la soledad sostenida entre el principio y el fin y espera que aquel humo le haga ver otra cara del hombre y sus anhelos.
Si os perdéis por un bosque de matorral y olivo coronado por un sol justiciero que envía lanzas prendidas desde lo alto al eclosionar la primavera, si vuestros pasos os conducen por algún motivo incierto hasta aquel Pueblo Divino tocado de la pureza del blanco, preguntadle a él por este viaje. A buen seguro os acogerá con el graciejo de los lugareños y la sabiduría del filósofo griego. Si ya no está, no se apene vuestro corazón pues se reunió con los suyos en aquel pueblecito blanco o metálico como la luna.
lunes, 16 de marzo de 2009
Capítulos apócrifos
Aquella tarde fue nueva por no vivida, pero será recordada.
Ocupé mi butaca puntualmente dejando atrás el frío y las sombras de un invierno largo. Pronto vendrían más heladas en medio de los calores.
La música brotó de entre las tablas de un viejo escenario testigo del mismo ritual tantas veces. Cambió la luz dentro y fuera siguió el día con una tarde larga, larga.
Los músculos se tensaron y mis pupilas se abrieron como paracaídas buscando el aterrizaje perfecto.
Un baile de sonrisas inauguraba una primavera nueva, aún inmaculada. Por escribir estaba todo en las páginas blancas de la sensualidad que resucitaba higos y granadas encarnadas. Y en carne viva mi alma, rabiosa por detener el tiempo en el tocamiento de aquellas gracias.
Él apretaba mi mano fuertemente para atravesarla con la complicidad de tantos capítulos apócrifos.
Al rato llegó ella. Quizá siempre estuvo allí pero los focos de la pasión me distrajeron de verla antes. La que llora el poeta en sus desvelos, aquella risueña anfitriona de toda fiesta, me observaba.
Un espasmo recorrió este alma temblorosa conocedora de su triste destino. Finalmente pude dar mis primeros pasos tras la siesta. Después el telón siguió abriéndose y cerrándose a una velocidad de vértigo y el genio me arrastró con él y me prometió un paseo entre bambalinas. Aquel caminar me recordaría que había llegado el tiempo del paraíso de una novela que leí en mi primera juventud. Me recordaría que un día viví como santo lo inconfesable y hoy lo estaba celebrando con taquicardias de colores y pompones rojos de animadoras de serie de televisión adolescente.
Al final del trayecto unos versos caen al suelo o al infierno. Él los rescata de las llamas. Entonces se releen otras letras guardianas de sentimientos de veranos rojos y se escriben párrafos nuevos con antiguas plumas siendo Tú mi tintero. Siendo Tú la sangre que, frenética y desesperada, ata nudos en mi imaginación y los desata en mi cama. El aceite de este viejo candil que no se apaga. Siempre Tú entre mis bambalinas, paseando tus artes por mis tablas...
Para ti, también esta primavera.
De J.
Ocupé mi butaca puntualmente dejando atrás el frío y las sombras de un invierno largo. Pronto vendrían más heladas en medio de los calores.
La música brotó de entre las tablas de un viejo escenario testigo del mismo ritual tantas veces. Cambió la luz dentro y fuera siguió el día con una tarde larga, larga.
Los músculos se tensaron y mis pupilas se abrieron como paracaídas buscando el aterrizaje perfecto.
Un baile de sonrisas inauguraba una primavera nueva, aún inmaculada. Por escribir estaba todo en las páginas blancas de la sensualidad que resucitaba higos y granadas encarnadas. Y en carne viva mi alma, rabiosa por detener el tiempo en el tocamiento de aquellas gracias.
Él apretaba mi mano fuertemente para atravesarla con la complicidad de tantos capítulos apócrifos.
Al rato llegó ella. Quizá siempre estuvo allí pero los focos de la pasión me distrajeron de verla antes. La que llora el poeta en sus desvelos, aquella risueña anfitriona de toda fiesta, me observaba.
Un espasmo recorrió este alma temblorosa conocedora de su triste destino. Finalmente pude dar mis primeros pasos tras la siesta. Después el telón siguió abriéndose y cerrándose a una velocidad de vértigo y el genio me arrastró con él y me prometió un paseo entre bambalinas. Aquel caminar me recordaría que había llegado el tiempo del paraíso de una novela que leí en mi primera juventud. Me recordaría que un día viví como santo lo inconfesable y hoy lo estaba celebrando con taquicardias de colores y pompones rojos de animadoras de serie de televisión adolescente.
Al final del trayecto unos versos caen al suelo o al infierno. Él los rescata de las llamas. Entonces se releen otras letras guardianas de sentimientos de veranos rojos y se escriben párrafos nuevos con antiguas plumas siendo Tú mi tintero. Siendo Tú la sangre que, frenética y desesperada, ata nudos en mi imaginación y los desata en mi cama. El aceite de este viejo candil que no se apaga. Siempre Tú entre mis bambalinas, paseando tus artes por mis tablas...
Para ti, también esta primavera.
De J.
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poesía
martes, 10 de marzo de 2009
Una victoria de la ciencia sobre la religión
Obama ha vuelto a sorprenderme.
Hace apenas unas horas se ha rodeado de científicos para levantar las restricciones al uso de fondos para la investigación con células madre.
No es preciso recordar que Bush (simpatizante de ideas creacionistas más que evolucionistas) había puesto la zancadilla al avance de estas investigaciones, cerrando el grifo del dinero destinado a las mismas. Bush, aquel Presidente al que Dios hablaba y del que ahora no habla ni Dios. Aquel que será eternamente recordado en los libros como inventor de invasiones-negocio para favorecer a sus amigotes.
Muy dispuesto a desterrar algunas supercherías del montón de mierda que algunos en el poder habían impuesto a la sociedad americana en la última década, aparece Obama abanderando un cierto sentido común, una cierta tendencia cientificista que nos gusta. Las respuestas a modo de golpes no se han hecho esperar. Los enemigos del avance científico, los enemigos del progreso del hombre y la mujer en su permenente reto con la muerte, se han unido de nuevo para emprender su enésima cruzada. El Vaticano, ensañado estos días con el padre de Eluana Englaro, ha sacado un rato de su tiempo para tachar a Obama de enemigo público. Su decisión ha dicho "no está ética ni cientificamente motivada o justificada". Eso dijo la voz de la locura, la intransigencia, el odio y la superstición para ir arrimando troncos a la hoguera en la que hayan de prender fuego al nuevo blasfemo.
Otras instituciones simpatizantes y grupúsculos de presión y poder (esto si son lobbies y no los gays) tampoco se han andado con remilgos en su condena.
Sabemos por intución, más que por demostración, que Obama tampoco es libre en sus decisiones. No somos tan cándidos para pensar lo contrario. No obstante nos alegramos profundamente de que sus amos no sean los mismos que idiotizaron al presidente anterior.
Detrás de todo este cacareo se esconde un viejo y ensuciado dilema: la guerra intestina entre los que consideran que un embrión es ya una criatura y los que pensamos que no es así. Creen algunos fundamentalistas religiosos y otros de la derecha que manipular parte de ese embrión sería un atentado contra la vida. Entonces equiparan al científico dispuesto a ello con un asesino, y al gobierno que lo sostiene, con una especie de mafia. No nos llevemos a engaño. Sabemos que la mafia se mueve por presión, chantaje y coacción y nunca ha sido ése el ideario de la ciencia.
Yo resuelvo esto de una manera llana pero efectiva. Hace años aprendí en la consulta de un psicólogo que si viene una barca a rescatarnos de un naufragio a la persona que más quiero y a mí y no hay espacio más que para uno de los dos en la embarcación, soy yo el que debo acogerme a la salvación sin dilación. Hago extrapolable este razonamiento al tema que nos traemos entre manos. ¿Por qué es más importante la vida en potencia de un embrión que la mía propia? ¿No es mejor acogerse siempre al principio de autorrespeto y supervivencia?
La vida puede resultar amarga en algunos casos. Creo que todo camino de esperanza que se nos abra para mejorar la calidad de nuestra existencia es una oportunidad que no debemos desaprovechar. He de confesarles que me ha ido mucho mejor de unos años a esta parte, desde que deseché todo cuanto pude mi pensamiento ignorante y lo sustituí por uno más realista y científico. Me considero hoy una persona menos manipulable y, por consiguiente, más satisfecha y feliz. Sé que el camino del conocimiento está lleno de zarzas espinosas que hay que sortear a diario. Acepto esto antes que los dogmas que me apresaban ayer.
Huyo de los iluminados y rezo, aunque suene a pura paradoja, para que no lleguen más a nuestros gobiernos.
El Vaticano ha dicho de este episodio que ha sido "una triste victoria de la política sobre la ciencia y la ética". Yo soy de la opinión de la Premio Nobel de Medicina Rita Levi Montalcini : la de estos días ha sido una decisión "de gran importancia para el futuro de la humanidad"
Amén.
Hasta mañana defensores de la ciencia. Hasta mañana aprovechados de las debilidades. Hasta mañana comprometidos con dignificar la vida. Hasta mañana J.
Hace apenas unas horas se ha rodeado de científicos para levantar las restricciones al uso de fondos para la investigación con células madre.
No es preciso recordar que Bush (simpatizante de ideas creacionistas más que evolucionistas) había puesto la zancadilla al avance de estas investigaciones, cerrando el grifo del dinero destinado a las mismas. Bush, aquel Presidente al que Dios hablaba y del que ahora no habla ni Dios. Aquel que será eternamente recordado en los libros como inventor de invasiones-negocio para favorecer a sus amigotes.
Muy dispuesto a desterrar algunas supercherías del montón de mierda que algunos en el poder habían impuesto a la sociedad americana en la última década, aparece Obama abanderando un cierto sentido común, una cierta tendencia cientificista que nos gusta. Las respuestas a modo de golpes no se han hecho esperar. Los enemigos del avance científico, los enemigos del progreso del hombre y la mujer en su permenente reto con la muerte, se han unido de nuevo para emprender su enésima cruzada. El Vaticano, ensañado estos días con el padre de Eluana Englaro, ha sacado un rato de su tiempo para tachar a Obama de enemigo público. Su decisión ha dicho "no está ética ni cientificamente motivada o justificada". Eso dijo la voz de la locura, la intransigencia, el odio y la superstición para ir arrimando troncos a la hoguera en la que hayan de prender fuego al nuevo blasfemo.
Otras instituciones simpatizantes y grupúsculos de presión y poder (esto si son lobbies y no los gays) tampoco se han andado con remilgos en su condena.
Sabemos por intución, más que por demostración, que Obama tampoco es libre en sus decisiones. No somos tan cándidos para pensar lo contrario. No obstante nos alegramos profundamente de que sus amos no sean los mismos que idiotizaron al presidente anterior.
Detrás de todo este cacareo se esconde un viejo y ensuciado dilema: la guerra intestina entre los que consideran que un embrión es ya una criatura y los que pensamos que no es así. Creen algunos fundamentalistas religiosos y otros de la derecha que manipular parte de ese embrión sería un atentado contra la vida. Entonces equiparan al científico dispuesto a ello con un asesino, y al gobierno que lo sostiene, con una especie de mafia. No nos llevemos a engaño. Sabemos que la mafia se mueve por presión, chantaje y coacción y nunca ha sido ése el ideario de la ciencia.
Yo resuelvo esto de una manera llana pero efectiva. Hace años aprendí en la consulta de un psicólogo que si viene una barca a rescatarnos de un naufragio a la persona que más quiero y a mí y no hay espacio más que para uno de los dos en la embarcación, soy yo el que debo acogerme a la salvación sin dilación. Hago extrapolable este razonamiento al tema que nos traemos entre manos. ¿Por qué es más importante la vida en potencia de un embrión que la mía propia? ¿No es mejor acogerse siempre al principio de autorrespeto y supervivencia?
La vida puede resultar amarga en algunos casos. Creo que todo camino de esperanza que se nos abra para mejorar la calidad de nuestra existencia es una oportunidad que no debemos desaprovechar. He de confesarles que me ha ido mucho mejor de unos años a esta parte, desde que deseché todo cuanto pude mi pensamiento ignorante y lo sustituí por uno más realista y científico. Me considero hoy una persona menos manipulable y, por consiguiente, más satisfecha y feliz. Sé que el camino del conocimiento está lleno de zarzas espinosas que hay que sortear a diario. Acepto esto antes que los dogmas que me apresaban ayer.
Huyo de los iluminados y rezo, aunque suene a pura paradoja, para que no lleguen más a nuestros gobiernos.
El Vaticano ha dicho de este episodio que ha sido "una triste victoria de la política sobre la ciencia y la ética". Yo soy de la opinión de la Premio Nobel de Medicina Rita Levi Montalcini : la de estos días ha sido una decisión "de gran importancia para el futuro de la humanidad"
Amén.
Hasta mañana defensores de la ciencia. Hasta mañana aprovechados de las debilidades. Hasta mañana comprometidos con dignificar la vida. Hasta mañana J.
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domingo, 8 de marzo de 2009
El demonio y la santa o las Cuatro Nobles Verdades
Cuentan que en una ocasión estando Santa Teresa en la soledad de su celda llegó el demonio y le dijo:
-Teresa, ¿para qué rezas? Si crees que te vas a salvar del fuego eterno, ¿para qué rezas? Y si crees que te vas a condenar en medio de las llamas y el azufre ¿para qué rezas?
El silencio se hizo más profundo y hondo que nunca antes en aquella sala.
Teresa escuchó atentamente aquellas palabras que como llamaradas de lava brotaban de boca de El Caído. Aguardó unos instantes antes de empezar a hablar. Al final dijo:
-Demonio, ¿para qué me tientas? Si crees que me voy a salvar acude en busca de otros impíos a los que puedas corromper. Y si crees que me voy a condenar, ¿por qué me tientas? Ve al encuentro de otras almas puras y sedúcelas con tus obscenidades.
Con esto, el demonio quedó tan perplejo y contrariado que, una vez hubo retenido las palabras en su malévola mente, se alejó para siempre de aquella celda.
Las preocupaciones nos asaltan constantemente en nuestras vidas. Vienen a visitarnos porque forman parte del proceso natural de estar vivos y del precio que pagamos por ello. Así nos lo enseña la Primera Noble Verdad del Budismo: "La vida es sufrimiento".
Si en alguna ocasión hemos creído como algunos han pretendido que el "duhkha" o miedo, el enojo, la desilusión, la frustración (dentro del plano psicológico) y las enfermedades, el cansancio, la vejez y la muerte (en el plano físico) podían ser borrados de nuestros días, estábamos tremendamente equivocados.
La santa conocía desde la experiencia los sinsabores de la vida. Pero había un conocimiento más importante en el repertorio de esta mujer. El sufrimiento puede ser superado y la felicidad puede ser alcanzanda. Este es el contenido de la Tercera Noble Verdad del Budismo. Las preocupaciones nos asaltan durante el día y la noche pero conocemos bien el antídoto para tratar con ellas. Si abandonamos el deseo desmedido y el anhelo apasionado nos convertimos en habitantes del presente. Aprender a vivir cada momento con la mayor calidad posible es el secreto de aquellos que alcanzan el Nirvana. Teresa conocía ese estado y la oración la mantenía cercana a la dicha y la paz interna.
Habiéndoles contado ya la esencia de la Tercera Noble Verdad, conocen la Segunda. Al sufrimiento llegamos por el anhelo desmedido. Hemos de conocer bien nuestros límites y el lugar donde depositamos nuestras aspiraciones. Una vida completa no equivale a una agenda completa, ni a un hogar completo, ni a un monedero rebosante. La plenitud nace de dentro, nunca de fuera.
La Cuarta Noble Verdad nos revela el camino que nos lleva a trascender el sufrimiento. A este camino o Noble Sendero se llega por la comprensión, el pensamiento, la palabra, la acción, el sustento, el esfuerzo, la plenitud mental y la concentración.
Comprendemos al acercarnos al otro.
Pensamos bien al querermos mucho y bien.
Dominamos la palabra cuando es más que un arma, una herramienta.
Actuamos virtuosamente cuando nos mueve el amor.
Nos alimentamos de lo mejor si respetamos la Naturaleza.
Esfuerzo es igual a dignidad.
Somos plenos mentalmente si permanecemos en el silencio, en la quietud y la calma.
Si nos detenemos en lo bello y le hacemos un monumento, tenemos nuestros sentidos apaciguados, concentrados.
La vida entera está puesta a nuestro servicio para su aprovechamiento en el aprendizaje.
Doy gracias por tener a un Buda muy cerca. Gracias porque cada día ilumina con sus destellos a los que se cruzan en su camino y a mí me regala sus horas extra.
Para cuando llegue el demonio a mi alcoba, que seguro llegará, ya sabré qué responderle. He tenido maestros extraordinarios en el arte de espantar al miedo, no sólo en los libros sino de carne y hueso.
Para otros dos aspirantes a Buda, como yo. Porque nos ha unido el camino y ha sido maravilloso conoceros en la imperfección y el empeño. Por vuestras palabras de cariño.
Gracias.
-Teresa, ¿para qué rezas? Si crees que te vas a salvar del fuego eterno, ¿para qué rezas? Y si crees que te vas a condenar en medio de las llamas y el azufre ¿para qué rezas?
El silencio se hizo más profundo y hondo que nunca antes en aquella sala.
Teresa escuchó atentamente aquellas palabras que como llamaradas de lava brotaban de boca de El Caído. Aguardó unos instantes antes de empezar a hablar. Al final dijo:
-Demonio, ¿para qué me tientas? Si crees que me voy a salvar acude en busca de otros impíos a los que puedas corromper. Y si crees que me voy a condenar, ¿por qué me tientas? Ve al encuentro de otras almas puras y sedúcelas con tus obscenidades.
Con esto, el demonio quedó tan perplejo y contrariado que, una vez hubo retenido las palabras en su malévola mente, se alejó para siempre de aquella celda.
Las preocupaciones nos asaltan constantemente en nuestras vidas. Vienen a visitarnos porque forman parte del proceso natural de estar vivos y del precio que pagamos por ello. Así nos lo enseña la Primera Noble Verdad del Budismo: "La vida es sufrimiento".
Si en alguna ocasión hemos creído como algunos han pretendido que el "duhkha" o miedo, el enojo, la desilusión, la frustración (dentro del plano psicológico) y las enfermedades, el cansancio, la vejez y la muerte (en el plano físico) podían ser borrados de nuestros días, estábamos tremendamente equivocados.
La santa conocía desde la experiencia los sinsabores de la vida. Pero había un conocimiento más importante en el repertorio de esta mujer. El sufrimiento puede ser superado y la felicidad puede ser alcanzanda. Este es el contenido de la Tercera Noble Verdad del Budismo. Las preocupaciones nos asaltan durante el día y la noche pero conocemos bien el antídoto para tratar con ellas. Si abandonamos el deseo desmedido y el anhelo apasionado nos convertimos en habitantes del presente. Aprender a vivir cada momento con la mayor calidad posible es el secreto de aquellos que alcanzan el Nirvana. Teresa conocía ese estado y la oración la mantenía cercana a la dicha y la paz interna.
Habiéndoles contado ya la esencia de la Tercera Noble Verdad, conocen la Segunda. Al sufrimiento llegamos por el anhelo desmedido. Hemos de conocer bien nuestros límites y el lugar donde depositamos nuestras aspiraciones. Una vida completa no equivale a una agenda completa, ni a un hogar completo, ni a un monedero rebosante. La plenitud nace de dentro, nunca de fuera.
La Cuarta Noble Verdad nos revela el camino que nos lleva a trascender el sufrimiento. A este camino o Noble Sendero se llega por la comprensión, el pensamiento, la palabra, la acción, el sustento, el esfuerzo, la plenitud mental y la concentración.
Comprendemos al acercarnos al otro.
Pensamos bien al querermos mucho y bien.
Dominamos la palabra cuando es más que un arma, una herramienta.
Actuamos virtuosamente cuando nos mueve el amor.
Nos alimentamos de lo mejor si respetamos la Naturaleza.
Esfuerzo es igual a dignidad.
Somos plenos mentalmente si permanecemos en el silencio, en la quietud y la calma.
Si nos detenemos en lo bello y le hacemos un monumento, tenemos nuestros sentidos apaciguados, concentrados.
La vida entera está puesta a nuestro servicio para su aprovechamiento en el aprendizaje.
Doy gracias por tener a un Buda muy cerca. Gracias porque cada día ilumina con sus destellos a los que se cruzan en su camino y a mí me regala sus horas extra.
Para cuando llegue el demonio a mi alcoba, que seguro llegará, ya sabré qué responderle. He tenido maestros extraordinarios en el arte de espantar al miedo, no sólo en los libros sino de carne y hueso.
Para otros dos aspirantes a Buda, como yo. Porque nos ha unido el camino y ha sido maravilloso conoceros en la imperfección y el empeño. Por vuestras palabras de cariño.
Gracias.
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viernes, 6 de marzo de 2009
Hablando de todo un poco
De vez en cuando me gusta acercarme a las fuentes, al origen de las tendencias, a los representantes en ese momento de la esencia misma de los idearios. Hoy he compartido espacio físico y psicológico con Carmen Alborch gracias a la invitación que me hizo una amiga para acudir a una mesa de debate sobre la "violencia de género". Alborch ha sido, por su trayectoria siempre ligada al feminismo y la lucha por la igualdad de sexos, la estrella de la tarde.
Su discurrir me gusta. Su personalidad es cercana, demasiado llana para mi gusto. Yo si fuera ex ministro invertiría algo más en asesoría de imagen y daría unos cuantos retoques a mi dialéctica. Ocurre que yo soy algo chulesco y redicho. Simulo comerme el mundo al abrir la boca cuando en realidad busco refugio para guarecerme de tanto estímulo adverso. Prosigamos por el punto en el que estábamos.
La intervención de tan ilustre ciudadana de Valencia ha sido oportuna dentro del calendario de actos para promocionar la celebración del Día de la Mujer Trabajadora.
Tras el desatino de una presentación poco ordenada, (que trataba de situar a los asistentes frente a tan compleja realidad como son los malos tratos en el hogar) aderezada por estadísticas y apuntes de legislación para el lucimiento de este Gobierno, se abrió el turno de preguntas o sugerencias.
Entonces, ni cortos ni perezosos, dos mariquitas colados en la fiesta sin previa invitación formal tomaron la palabra para reconducir el debate:
"Sin ser el tema de la tarde, hemos de reconocer que la lucha del colectivo homosexual es inseparable de la de los derechos de la mujer. Siempre hemos caminado juntos, siempre pisoteados por la sociedad patriarcal y machista. Por eso con cada hostia que recibe una mujer se daña un poco más nuestra dignidad como personas. Es de suponer que cuando esos matones pierdan el poder al que se aferraron durante siglos, empezarán a darnos golpes también a nosotros por nuestra contribución a que los roles cambien. El machismo y la homofobia suelen ir unidos hasta la muerte, por desgracia.
Hablando de todo un poco, el Gobierno prometió un endurecimento de la ley para perseguir la discriminación por orientación sexual. Zapatero se presentó durante un tiempo como defensor de las causas perdidas de esta sociedad. ¿Para cuándo esa Ley de Igualdad de Trato y no Discriminación que tanta falta hace? ¿Nos hemos quedado huérfanos de Gobierno después de tanto bombo y platillo? ¿A qué santo tanta foto con el número dos del Vaticano y por qué tantas palmaditas en el hombro dándole dinerito fresco?"
A lo que nuestro ilustre personaje respondió tomando apuntes de las quejas y anunciando a los allí presentes que, muy en breve, veremos concretarse esas promesas de esta izquierda despistada que ahora nos gobierna. Esto último lo añado yo rompiendo la literalidad.
Ya tardan esas medidas legales contra los violentos que son además de machistas, homófobos. A este Gobierno tan simpatizante de la Iglesia hay que recordarle, de vez en cuando, que también existen los pecados por omisión.
Sancho se arrepintió de haber seguido a su Señor a cambio del gobierno de una ínsula. Nosotros queremos disfrutar de lo prometido y luego ya veremos si nos gusta el regalo o nos sabe a hiel.
Esperamos que Alborch haya tomado nota de verdad y las quejas lleguen muy lejos ahora que la gasolina ha bajado de precio, hablando de todo un poco.
Hasta el lunes buscadores de ínsulas prometidas. Hasta el lunes iguales que buscáis la diferencia. Hasta el lunes J.
Su discurrir me gusta. Su personalidad es cercana, demasiado llana para mi gusto. Yo si fuera ex ministro invertiría algo más en asesoría de imagen y daría unos cuantos retoques a mi dialéctica. Ocurre que yo soy algo chulesco y redicho. Simulo comerme el mundo al abrir la boca cuando en realidad busco refugio para guarecerme de tanto estímulo adverso. Prosigamos por el punto en el que estábamos.
La intervención de tan ilustre ciudadana de Valencia ha sido oportuna dentro del calendario de actos para promocionar la celebración del Día de la Mujer Trabajadora.
Tras el desatino de una presentación poco ordenada, (que trataba de situar a los asistentes frente a tan compleja realidad como son los malos tratos en el hogar) aderezada por estadísticas y apuntes de legislación para el lucimiento de este Gobierno, se abrió el turno de preguntas o sugerencias.
Entonces, ni cortos ni perezosos, dos mariquitas colados en la fiesta sin previa invitación formal tomaron la palabra para reconducir el debate:
"Sin ser el tema de la tarde, hemos de reconocer que la lucha del colectivo homosexual es inseparable de la de los derechos de la mujer. Siempre hemos caminado juntos, siempre pisoteados por la sociedad patriarcal y machista. Por eso con cada hostia que recibe una mujer se daña un poco más nuestra dignidad como personas. Es de suponer que cuando esos matones pierdan el poder al que se aferraron durante siglos, empezarán a darnos golpes también a nosotros por nuestra contribución a que los roles cambien. El machismo y la homofobia suelen ir unidos hasta la muerte, por desgracia.
Hablando de todo un poco, el Gobierno prometió un endurecimento de la ley para perseguir la discriminación por orientación sexual. Zapatero se presentó durante un tiempo como defensor de las causas perdidas de esta sociedad. ¿Para cuándo esa Ley de Igualdad de Trato y no Discriminación que tanta falta hace? ¿Nos hemos quedado huérfanos de Gobierno después de tanto bombo y platillo? ¿A qué santo tanta foto con el número dos del Vaticano y por qué tantas palmaditas en el hombro dándole dinerito fresco?"
A lo que nuestro ilustre personaje respondió tomando apuntes de las quejas y anunciando a los allí presentes que, muy en breve, veremos concretarse esas promesas de esta izquierda despistada que ahora nos gobierna. Esto último lo añado yo rompiendo la literalidad.
Ya tardan esas medidas legales contra los violentos que son además de machistas, homófobos. A este Gobierno tan simpatizante de la Iglesia hay que recordarle, de vez en cuando, que también existen los pecados por omisión.
Sancho se arrepintió de haber seguido a su Señor a cambio del gobierno de una ínsula. Nosotros queremos disfrutar de lo prometido y luego ya veremos si nos gusta el regalo o nos sabe a hiel.
Esperamos que Alborch haya tomado nota de verdad y las quejas lleguen muy lejos ahora que la gasolina ha bajado de precio, hablando de todo un poco.
Hasta el lunes buscadores de ínsulas prometidas. Hasta el lunes iguales que buscáis la diferencia. Hasta el lunes J.
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miércoles, 4 de marzo de 2009
Follando para evadirse de tantos problemas
Hace unos años el ecologismo era una de esas parcelas en las que unos pocos tildados de raros metían sus narices para denunciar los desaguisados que se hacían en el entorno natural. Con lo que llamamos "desarrollo" y la llegada paulatina de la "sociedad del bienestar" aparecieron voces cada vez más críticas, contrarias a la gestión que se hacía de los recursos ambientales. Esas voces se agruparon y se hicieron cada vez más fuertes y útiles en sus reivindicaciones, con el único objetivo de salvar nuestro planeta de su mayor enemigo: el hombre. Ellas son hoy nuestra conciencia.
Con el crecimiento descontrolado de las ciudades en los años sesenta (improvisado y caótico las más de las veces) debido al éxodo rural, la industrialización del país, el logro de la clase media de poseer una segunda vivienda en la montaña o en la playa, la posibilidad de transportarnos por medio de un coche al alcance de cualquier bolsillo y muchos otros elementos que conforman ese extremadamente delicado "bienestar" en el que nos hemos ido instalado, comenzó el padecimiento del planeta y sus más que evidentes signos de enfermedad.
La contrucción (sin obedecer a éticas ni a estéticas) de casitas o descarados chaletazos en medio de parajes sagrados por su exuberante riqueza, ha dado tantos dolores de cabeza a este país y a sus políticos que, muchos han tenido que reconocer el daño causado y retroceder tras recibir la presión de los grupos ecologistas. Cualquier zona costera española constituye actualmente un ilustrativo ejemplo de la sinrazón cometida en las dos últimas décadas: torres de hormigón en primera línea de playa rompiendo el encanto y la poesía del lugar; carreteras y puentes donde pastaba otrora el ganado libremente, lejos del estrés y la contaminación al que ahora se ve sometido; ecosistemas echados a perder por la mano del hombre, siempre tan incauta e irrespetuosa. En suma, decenas o centenares de especies que han sufrido nuestros daños e imprudencias no pudiendo soportarlo y desapareciendo del mapa.
Durante la primera legislatura de Zapatero asistimos a un casamiento casi forzoso (los datos hablan por sí solos) de la clase política con el ecologismo. En el año que ha transcurrido desde que comenzase este segundo mandato, no ha existido política ambiental alguna.
Así lo denuncian asociaciones ecologistas con presencia en nuestro país como WWF, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace y otras que hoy se han unido para levantar su voz frente a la pérdida de rumbo de nuestro Ejecutivo en esta materia.
Uno de los puntos por aclarar por parte de este Gobierno reside en las políticas del agua. Tampoco hemos hecho los deberes en lo que a cambio climático se refiere. A Zapatero le importa más, dijo Greenpeace España hoy, cumplir con los objetivos de Kioto a través del comercio de emisiones que reducir las mismas.
El ánimo entre las voces críticas está por los suelos. El mío tampoco está como para tirar cohetes. Menos ahora que parece que van a prohibir los espectáculos de pirotecnia en las fiestas de media Europa. Me entristece pensar que muchas personas mueren cada año debido a la mala calidad del aire en nuestras grandes ciudades y no se hace nada por evitarlo. Me entristece que no se ponga freno a la llegada de maíces trasngénicos que acaban irremediablemente en mi plato. Me entristece recordar aquel lema electoral en el que los jóvenes pedíamos a nuestro novel Presidente que no nos fallara.
Y mientras me entristezco en días lluviosos y grises como el de hoy, en el rato que me ha llevado escribir este artículo, decenas de personas se han quedado sin trabajo.
¿Dónde está mi Presidente que no le veo? Follando, para evadirse de tantos problemas.
¡Menudo Gobierno verde tenemos!
Hasta mañana Gobierno en trámites de separación del sentido común. Hasta mañana impulsores de una nueva conciencia ecológica. Hasta mañana comerciantes de lo natural. Hasta mañana J.
Con el crecimiento descontrolado de las ciudades en los años sesenta (improvisado y caótico las más de las veces) debido al éxodo rural, la industrialización del país, el logro de la clase media de poseer una segunda vivienda en la montaña o en la playa, la posibilidad de transportarnos por medio de un coche al alcance de cualquier bolsillo y muchos otros elementos que conforman ese extremadamente delicado "bienestar" en el que nos hemos ido instalado, comenzó el padecimiento del planeta y sus más que evidentes signos de enfermedad.
La contrucción (sin obedecer a éticas ni a estéticas) de casitas o descarados chaletazos en medio de parajes sagrados por su exuberante riqueza, ha dado tantos dolores de cabeza a este país y a sus políticos que, muchos han tenido que reconocer el daño causado y retroceder tras recibir la presión de los grupos ecologistas. Cualquier zona costera española constituye actualmente un ilustrativo ejemplo de la sinrazón cometida en las dos últimas décadas: torres de hormigón en primera línea de playa rompiendo el encanto y la poesía del lugar; carreteras y puentes donde pastaba otrora el ganado libremente, lejos del estrés y la contaminación al que ahora se ve sometido; ecosistemas echados a perder por la mano del hombre, siempre tan incauta e irrespetuosa. En suma, decenas o centenares de especies que han sufrido nuestros daños e imprudencias no pudiendo soportarlo y desapareciendo del mapa.
Durante la primera legislatura de Zapatero asistimos a un casamiento casi forzoso (los datos hablan por sí solos) de la clase política con el ecologismo. En el año que ha transcurrido desde que comenzase este segundo mandato, no ha existido política ambiental alguna.
Así lo denuncian asociaciones ecologistas con presencia en nuestro país como WWF, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace y otras que hoy se han unido para levantar su voz frente a la pérdida de rumbo de nuestro Ejecutivo en esta materia.
Uno de los puntos por aclarar por parte de este Gobierno reside en las políticas del agua. Tampoco hemos hecho los deberes en lo que a cambio climático se refiere. A Zapatero le importa más, dijo Greenpeace España hoy, cumplir con los objetivos de Kioto a través del comercio de emisiones que reducir las mismas.
El ánimo entre las voces críticas está por los suelos. El mío tampoco está como para tirar cohetes. Menos ahora que parece que van a prohibir los espectáculos de pirotecnia en las fiestas de media Europa. Me entristece pensar que muchas personas mueren cada año debido a la mala calidad del aire en nuestras grandes ciudades y no se hace nada por evitarlo. Me entristece que no se ponga freno a la llegada de maíces trasngénicos que acaban irremediablemente en mi plato. Me entristece recordar aquel lema electoral en el que los jóvenes pedíamos a nuestro novel Presidente que no nos fallara.
Y mientras me entristezco en días lluviosos y grises como el de hoy, en el rato que me ha llevado escribir este artículo, decenas de personas se han quedado sin trabajo.
¿Dónde está mi Presidente que no le veo? Follando, para evadirse de tantos problemas.
¡Menudo Gobierno verde tenemos!
Hasta mañana Gobierno en trámites de separación del sentido común. Hasta mañana impulsores de una nueva conciencia ecológica. Hasta mañana comerciantes de lo natural. Hasta mañana J.
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