Vuelvo a levantar mi voz en contra del sostenimiento por parte del Estado de la red de colegios religiosos concertados en los términos en que ahora se produce. Sabemos que con los impuestos de todos los ciudadanos se están cometiendo las mayores tropelías en algunas aulas, todo ello con la vista gorda por parte de los estamentos oficiales y los responsables de educación.
Como homosexual tengo que sufrir el acoso de decenas de colegios de muchos barrios de mi ciudad que adoctrinan a sus alumnos, sin pudor alguno, en contra de los derechos de las personas con mi orientación sexual. En clases de religión o similares contextos se explica a los adolescentes que la homosexualidad no es algo natural, que se puede curar y cosas por el estilo, lo cual me produce buenas dosis de asco e indignación. No entro a calificar lo que siento si me pongo a pensar que esa homofobia está pagada por mi bolsillo.
Esta red de enseñanza sostenida por los impuestos de todos se dedica a desprestigiar, cuando le place, las políticas de izquierdas y tiene tanto poder que puede organizarse y machacar a un gobierno que le resulte incómodo para el logro de sus propósitos.
En un colegio concertado de Logroño se ha estado mostrando un vídeo a los alumnos de secundaria en el que aparecen escenas escalofriantes de fetos destrozados al lado de la cara de Zapatero y otros dirigentes socialistas. La emisión de tales imágenes trataba de persuadir al alumnado para que se opusiese a la reforma del aborto discutida en la actualidad. Pero no sólo se trataba de orientar a los chavales hacia una posición contraria a la del Gobierno. Esta ocasión se ha ido un paso más lejos que en las anteriores. Mientras ellos sonríen (Zapatero y sus Ministros), miles de vidas serán aniquiladas o algo parecido dice el documento proyectado en clases de Ética y Educación para la Ciudadanía.
La directora del colegio se ha defendido de la lluvia de críticas por parte de padres, políticos y asociaciones laicas diciendo que en el colegio sólo "intentan vivir el evangelio" y que nunca pensó que esto fuera antigubernamental. Me recuerda mucho esta profesora a aquella otra directora de un centro concertado que no aceptaba la matriculación en sus aulas de la hija menor de una pareja de lesbianas. Comparten quizá idearios parecidos rozando siempre la ilegalidad.
No le está mal empleado al PSOE por sus permanentes bajadas de pantalón ante la jerarquía católica la campaña de desprestigio, acoso y derribo que está sufriendo en sus carnes. Muchos la llevamos padeciendo desde hace años pero especialmente desde que se aprobaran leyes que nos hicieran ciudadanos de primera y tanto molestaran a los terroristas de la fe. Aún recuerdo la Plaza de Colón llena de curas, catequistas y amiguetes del PP al llegar de mi luna de miel en Nueva York. Entonces querían sacar los ojos a un Gobierno que había dignificado a muchas personas en España perseguidas y discriminadas por su homosexualidad. Ahora, en los colegios concertados inauguran una nueva campaña que puede conducir al arrastre a ZP y los suyos con el sello de la desvergüenza de la Conferencia Episcopal. Lo mismo da un lazo blanco en una cofradía andaluza que un vídeo obsceno y desproporcionado en un colegio, todo con tal de que volvamos a vivir el evangelio.
jueves, 26 de marzo de 2009
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