miércoles, 24 de septiembre de 2008

Nada es lo que parece

De nuevo los togados son noticia y no precisamente sin carga de polémica. Lo que está pasando entre bambalinas no tiene desperdicio. Tocaba la renovación del CGPJ y la mayoría conservadora, antes de recoger sus bártulos, se encargó de dar un portazo para desairar al Gobierno. Me estoy refiriendo a la retirada de la sanción a la jueza de Dènia de trescientos cinco euros por negarse a casar a homosexuales extranjeros. Lo de la jueza más que tener algo de enjundia pertenece al mundo de la estética y la cosmética (pero jode) que tanto gusta a algunos jueces del glamour nacional. La tristemente célebre Laura Alabau no ha debido escuchar las recientes declaraciones de la jefa del gobierno madrileño que ha dicho que: "lo más importante es que los jueces tienen que aplicar la ley. No tienen que hacer el derecho a su medida". Esto lo ha dicho Esperanza Aguirre preguntada sobre la propuesta de Zapatero para próximo presidente del citado órgano. Sólo una reflexión y zanjo el tema de la jueza. Me gustaría poder comparar la persecución que dice haber sufrido ella por parte del aparato propagandístico del Gobierno con la de miles de homosexuales en España y fuera de ella. Me gustaría, ya lo creo que sí, pero no puedo. Las unidades comparadas plantean enormes diferencias entre ellas. (Espacio destinado a la reflexión personal del lector).
Lo de enjundia de verdad viene ahora. A cara descubierta y sin maquillajes, el Presidente del Gobierno ha propuesto un candidato de misa diaria para presidir el CGPJ. Algunas asociaciones de jueces de carácter progresista, los medios afines y no pocos ciudadanos nos hemos quedado petrificados al conocer la noticia. Si las cuentas me cuadran, y todo apunta a que me van a cuadrar, Carlos Dívar será el próximo que ocupe la silla de la presidencia de este órgano. El PP está de fiesta con barra libre incluída y cotillón. La Conferencia Episcopal debe estar frotándose las manos a estas horas (es la forma que tienen ellos de celebrar las cosas sin la barra libre y el cotillón). Todos contentos y algunos estupefactos.
No debemos pasar por alto que ha sido el mismísimo Zapatero quien ha propuesto al candidato, para algunos saltándose así hasta la Constitución. Tanto interés en que sea elegido este hombre dialogante y trabajador infatigable pero de ideología contraria a las izquierdas, levanta muchas sospechas. Por ser más ilustrativos añadiremos que al CGPJ le corresponde hacer informes preceptivos sobre leyes que aún están siendo debatidas en el seno de nuestra sociedad. Me refiero a la Ley de plazos del aborto o la Eutanasia. Yo estoy en esto con el Maestro, con Manolo Saco. La respuesta a toda esta extraña jugada es bien sencilla. Desde el PSOE dudan de que España y los españolitos quieran ser tan progresistas, tan de izquierdas. Entonces, acomodan los votos a su conveniencia (en contra de sus ideales) y así obtienen la justificación para suspender la función. Se acaban quitando de encima dos problemas si llegan a convertirse en tales pero, ¿qué pasará si al Gobierno le sale mal la jugada y España quiere ser más roja aún?. Después de todo ya pasó por el rosa y no le fue tan mal.
Hasta mañana crédulos de las primeras apariencias. Hasta mañana PSOE del tanteo. Hasta mañana cabizbajos rojos y gozosos azules. Hasta mañana ciudadanos a examen de colores. Hasta mañana J.

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