Ya tenía ganas de dedicar un artículo completo al asunto de la polémica (por conveniencia de algunos) de la asignatura Educación para la Ciudadanía. Y como tenía ganas, hoy me voy a explayar. No nos ha de extrañar que los obispos españoles y su jefe en Roma estén acechantes a los contenidos de esta materia después de lo vivido en los últimos cuatro años en nuestro suelo. En todas las hemerotecas leemos un sinfín de declaraciones en contra de los avances sociales que se han producido ampliando derechos a los ciudadanos. Pasado ya el momento de las fotos y las pancartas (no estoy muy seguro de que hayan pasado ya esos tiempos) tocan ahora las impertinencias y las objeciones. Los mismos de antes, sí. Los mismos obispos que paseaban su alzacuellos por los platós de televisión rodeados de sus feligreses ejemplares mostrando sus ejemplares familias, son los mismos que boicotean hoy la asignatura. Los mismos foros de "familias con pedigree" que acudían a Colón con el bocata de choped son los que hoy animan a la rebelión y a la objeción de otros padres. Los mismos catequistas y maestros elegidos a dedo en los centros concertados, son los nuevos héroes para el Gobierno de la Comunidad Valenciana y su conseller de educación. Los mismos periodistas de raya a un lado y gomina efecto mojado son los que siguen envenenando las ondas con insultos, estereotipos, falsedades, topicazos, machismo, intransigencia y doble moral. Una amiga resuelve en una frase la estampa de esta triste España de la intolerancia: "estos son de izquierdas de cintura para abajo y de derechas de cintura para arriba". Dedicado a ti, prudente mujer de ex alcalde socialista en tierra enemiga.
Los de la doble moral y la peña de banderas preconstitucionales (¡cuánta pluma tienen las águilas de estas telas!) la siguen liando, en definitiva. Esta semana nos dicen que no ven mal la asignatura pero que así no la quieren. Que esta materia no se puede convertir en "formadora estatal de las conciencias". ¡Pero si la formadora estatal de las conciencias es la doctrina católica! No hay un sarao (funerales de estado incluídos) donde no se nos predique y se nos adoctrine. No hay un solo barrio en toda España donde no aniden los discursos con pestucillo homófobo pagado por todos los bolsillos. No hay ni una sola homilía en la que se nos deje en paz a los que no comulgamos con ruedas de molino. Ahí está el quid de la cuestión. Mientras "Bonetes, catequistas and company" se manifiestan contra derechos humanos y constitucionales de muchos de nosotros las iglesias permanecen vacías. A la misma hora que el Papa se hace la foto en París rodeado de miles de jóvenes, otros celebran con un buen quiqui (preservativo incluído, claro está) que han cobrado la doble. Y siempre las iglesias vacías. De ahí que ahora la nueva modalidad de evangelización-adoctrinamiento tenga que ser en las teles, en las radios o en los periódicos, instrumentos todos del Estado de Derecho. Ésta es la rabia de los que no quieren mirar al mundo tal como es. Ésta es la frustración de los que se formaron como mandatarios en el derecho canónico y no en el seno de la política y el derecho civil.
Sabemos lo que cambiarían ellos de los manuales. Conocemos perfectamente sus intenciones porque se las hemos tenido que oír a cada paso que dábamos. El problema pasa por devolver al seol a los homosexuales, a las madres solteras, a las que deciden abortar libremente, a los que desean dejar de sufrir cuando la medicina les desahucia, a los que apuestan por las investigaciones científicas para el esclarecimiento de los tópicos venenosos, a los que practican sexo con cabeza... Con una lista así, a la Conferencia Episcopal Española sólo le queda rezar mucho por las almas de los descarriados y por que esas almas no levanten un día su voz y la hagan oír como nosotros escuchamos la de ellos. Si todos abriéramos un libro de esta asignatura y viéramos que de lo que allí se habla es de RESPETO, luego no nos tendríamos que sentir avergonzados cuando insultan a un homosexual, pegan a un inmigrante o asesinan a una mujer. Pero mientras se libre esta batalla por abir o cerrar el libro, todos deberíamos sentir mucha vergüenza. Recordemos para el final aquella frase de nuestras abuelas que va tan bien al caso: "quien no conoce la educación, no concoce la vergüenza". Hasta mañana, guerreros infatigables de uno y otro lado. Hasta mañana, intolerantes que predican la tolerancia. Hasta mañana padres con educación y vergüenza. Hasta mañana J.
lunes, 29 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Cuánta razón tienes querido amigo, sin ir mas lejos en el Intermedio del Gran Wyoming mandaron a Thais a la Conferencia Episcopal y dirigiéndose a uno de ellos, alzacuellos incluido, le pregunta el por qué del rechazo a esta asignatura. En concreto preguntó que por qué estaban en contra de la "Educación para la ciudadania"si entre otras cosas promulgaba el derecho de respetar cualquier tendencia sexual, la contestación de tal personaje vestido de cuervo fue equiparar a los homosexuales con asesinos.
Que vergüenza!!!
PD: He rendido un pequeño homenaje a tu persona al terminar de escribir mi último post.
Un besazo
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