La noticia saltó a la palestra gracias a un medio progresista de gran repercusión en nuestro país. Me refiero a la discriminación sufrida por una familia integrada por dos mamás y sus dos hijas cuando intentaban formalizar la matrícula de las pequeñas. Después de varias entrevistas con una de las madres y asegurarles el colegio la disponibilidad de plazas, las madres y sus pequeñas fueron despedidas con viento fresco del cole al percatarse los docentes y la dirección del tipo de familia que se trataba. Sin dar ninguna explicación, la encargada de enseñarles las instalaciones a las madres se refugió en un cambio drástico al comunicarles que en ese momento, sintiéndolo mucho, no había ni una sóla plaza en el colegio. La perplejidad de las madres fue morrocotuda. Con el alma encogida y sospechando lo peor, salen del colegio aguantando las lágrimas y deciden llamar a un amigo íntimo. Le piden el favor de que llame al colegio para preguntar si hay plazas libres y ya sabéis la respuesta. Había plazas libres para este señor desconocido para el colegio pero no para las lesbianas que empezaban su peregrinación por el sufrimiento que causa el rechazo social hacia un hijo.
Ayer leí esta misma noticia en el periódico al medio día, pero donde se le dio vida y voz a la noticia fue en el programa "La ventana" de Gemma Nierga. Puedo decir que ayer lloré la noticia al escuchar la voz de las dos madres desesperadas defendiéndose de la hipocresía de una directora que se ocultó tras protocolos y datos para mentir de la manera más bárbara.
Boris Izaguirre y Gemma Nierga, siguiendo una política de empresa muy loable, socorrieron a dos madres hundidas. Siempre recordaré, si algún día el tema de la homosexualidad en España se normaliza cien por cien, la labor de este grupo de medios de comunicación. Con una bondad digna de una madre que entiende el dolor de otra, la directora del programa les preguntó ante todo el país: "¿cuánto os ha costado y cuánto habéis meditado crear esta familia? Y ahora no vais a consentir esto, claro. Os prometemos echaros una mano cada vez que podamos. Haremos siempre lo que esté en nuestra mano para denunciar la homofobia encubierta de tanta gente. Ánimo y adelante, contáis con nosotros." Es ahí donde yo, pobre radioescucha (como decía una antigua amiga venezolana directora de un programa de radio) me derrumbo y me alegro a la vez de haberles dicho tantas veces a los comunicadores de este grupo que son como de nuestra familia. Y es que, a veces, cuando tu familia es rechazada fuera, por la hipocresía y la maldad o embrutecimiento de la sociedad, da igual que sea un programa de radio o de televisión el que escuche y respete. Ahí es donde vemos a los nuestros, a nuestros auténticos padres, hermanos o tíos que muchas veces no estuvieron donde les correspondía.
Hasta mañana medios de comunicación bien formados e informados. Hasta mañana Gemma, madre-hermana putativa. Hasta mañana estómagos resentidos del colectivo homosexual. Hasta mañana familias como cualquieras otras. Hasta mañana J.
jueves, 11 de septiembre de 2008
Una familia como otra cualquiera
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1 comentario:
La indignación subyace en tu hermosura escritura, y esa indignación es la de todos/as, la de esa "Ventana" que asoma a la realidad de un país que sigue siendo hipócrita.
Para que todos sigamos formados e informados también estás tu J, sigamos denunciando y vomitando palabras ante la desesperación de no entender, de no comprender a esta, nuestra sociedad, y que esto permita la evolución, esa evolución que al fin y al cabo es tarea de todos y en la que tu participación activa sigue dejando huella.
PD: Enhorabuena por lo de 20minutos y aunque te he estado buscando no lo encontré.
Gracias por el enlace, espero aprender tan pronto como tú a completar mi blog.
Un abrazo de tu amiga que te quiere.
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