Dentro del hondo pesar que arrastro desde hace meses cuando el gobierno de Berlusconi intentó crear un registro con las huellas dactilares de los gitanos de su país, aún queda un pequeño coto para la alegría. Me satisface ver que en condiciones extremas, la sociedad europea todavía reacciona a las agresiones de sus mandatarios. La ocurrencia de Berlusconi para "proteger a los menores" no tiene posible calificación. El Parlamento Europeo tuvo que pararle los pies este verano por el trasfondo xenófobo de estas prácticas. Un dato quizá se nos escapó enmedio de la indignación de aquellos días. Todo el Europarlamento se opuso a estas medidas y las encontró injustificadas, a exepción del grupo Popular Europeo. Éstos intentaron paralizar las votaciones pero no lo consiguieron.
Con el cuerpo aún caliente de aquel cadáver, al inicio del curso se ha sumado otro a la lista de despropósitos que regala la derecha en aquellos territorios en los que gobierna. Ahora es Aguirre la que luce su traje de "pocas luces" por el distrito de Villaverde en Madrid. La que se ha liado en el colegio San Roque ha sido monumental de las Ventas. La Consejería de Educación decidió, en mal momento, separar por un lado a gitanos e inmigrates y por el otro a los alumnos españoles. Todo ello para "intentar mejorar" la educación de los hijos de unos padres que dicen no haber sido correctamente informados de esas intenciones.
Las manifestaciones de la comunidad gitana no se han hecho esperar. Y es que esto huele mal, muy mal. Lo que se quisiera hacer en un centro privado nunca sería lo conveniente para uno público. Lo que ocurre en los centros concertados es un expediente X que ya resolverá Iker Jiménez en su Milenio3, aunque todos acumulamos pistas por lo que vemos y oímos a diario. En medio de esta batalla campal con la cantinela de fondo de Educación para la Ciudadanía impartida en inglés por héroes de cómic en la Comunidad Valenciana, todavía me queda un poco de resuello cuando pienso en la inauguración ayer de la I Cumbre de la UE sobre los gitanos y en las voces levantadas de unos padres indignados a las puertas del colegio de sus hijos. Parece que estos no se van a callar como lo hizo para su vergüenza la comunidad homosexual cuando los obispos salieron con el catecismo y el PP a la Plaza de Colón. Hasta mañana aprendices de asertividad. Hasta mañana minorías hastiadas. Hasta mañana J.
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Acción-reacción
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1 comentario:
Ojalá siempre haya ante acciones, reacciones, siempre.
Me vuelves a dejar con la boca abierta ante este nuevo artículo, me encanta como escribes, un beso.
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