lunes, 15 de septiembre de 2008

Cae uno de los grandes

Ha caído Lehman Brothers, el cuarto banco más importante de Estados Unidos. Este coloso financiero muere a la edad de ciento cincuenta y ocho años. Deja viuda e hijos tras de sí. Viudos y viudas se quedan todos los empleados que hoy veíamos por televisión recogiendo sus pertenencias de las oficinas donde han trabajado durante años. Empuñaban cajas de cartón para transportar la desesperanza a decenas o centenares de familiares que les esperan a su llegada a casa.
Hijos de esta ruina bancaria somos todos, sin excepción. Y aún hay que considerar un agravante más. Somos hijos y herederos del infortunio. Herederos legítimos de las consecuencias que conlleva un mal uso de la cabeza y del bolsillo. Muchos hombres y mujeres del otro lado del Atlántico calcularon mal sus probabilidades de sostener un nivel de vida por encima de sus ingresos. Los bancos, bailando al compás de cantos de sirena, creyeron que las clases medias-bajas podrían hacer frente a sus deudas pero no fue así, tal y como hoy se demuestra. Este hecho terrible al que estamos asistiendo dulcificadamente por culpa de los medios de comunicación pone de manifiesto dos cosas. La primera es la crisis de todo un sistema basado en el hiperconsumo y el vivir la vida al día por encima de nuestras posibilidades. El epicentro de la catástrofe hay que situarlo ahí. Una vez diagnosticado el origen de la enfermedad pasemos a la extensión del mal en el órgano. He oído hoy (día en el que se ha desplomado la Bolsa en todo el mundo) que en Europa las consecuencias de esta bancarrota no se notarán o serán leves. No lo creo así. Tenemos datos para afirmar justo lo contrario. El dinero circula con libertad en épocas de supuesta bonanza y la evidencia nos dice que la crisis de los que se sobreendeudaron en Norteamérica ahora nos llega a nosotros. A colación viene aquel dicho de que "cuando América estornuda, Europa se resfría". Ésta es la segunda cuestión a la que debemos atender de manera urgente. Todo el macrosistema financiero ha entrado en un estado de pánico. Los bancos de aquí y de allí no se fían ni de la camisa que llevan puesta. Nadie da un duro. El efecto dominó parece inminente a poco que se sepa de economía. El íncide de morosidad en España sigue aumentando y hoy, Rajoy ha hecho un comentario sobre paro, inmigrantes y prestaciones que no hace otra cosa que retratarlo como político pero no se acerca ni de lejos a una posible solución al conflicto en nuestro suelo.
Entretanto, Su Santidad ha visitado la Ciudad de la Luz este fin de semana con tantos encajes y puntillas que la crisis tampoco parece haber llegado a Roma. Esto último que se lo pregunten a los viudos y viudas que lloran allí la muerte de Alitalia, que ya se me olvidaba. Hasta mañana despiertos e incrédulos del mundo. Hasta mañana país en crisis. Hasta mañana J.

2 comentarios:

MC dijo...

La verdad es que la cosa no pinta demasiado bien...si sabemos que se avecina pongamos soluciones a tiempo, será asi???

Maria Jose Barreiro Lopez de Gamarra dijo...

Hola J, te queria corresponder a tus elogios y de paso hacerte una visita lunera, siempre me ha fascinado y he sentido sus poderes, no se si pueda tener que ver con que yo también soy lunatica pero a diferencia tuya mi destierro a sido en la Tierra menos mal que me tocó España que dentro de lo malo aun lo hay peor.
Te visitare de vez en cuando ahora que se por donde andas, un saludo
Se me olvidaba, me gusta mucho tu nube de etiquetas me podrias pasar el codigo asi ya no tengo que andar ajustando nada es perfecta en color, etc, no encontre tu mail por eso te lo dejo aqui
barreiroforevercat@gmail.com