miércoles, 1 de octubre de 2008

Mentir mientras amanece

Anoche me acosté muy tarde escuchando una entrevista en la radio que me habían enviado (RAC a la carta, descargar el archivo de las 17 h del 30-09-2008, aprox. a partir del minuto 18). El invitado al programa era el Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llul, Santiago Niño Becerra. El tono jocoso del programa se daba de leches con el ánimo sereno y cavilante del Profesor. Es la segunda ocasión que puedo escuchar una entrevista radiofónica a este hombre, considerado por muchos como una lumbrera dentro del campo de la economía. No desconozco la visión nefasta que de él tienen otros tantos duchos en la materia pero el personaje despierta mi más absoluta fascinación. Dos cosas le hacen atractivo ante mis ojos: sus previsiones de la crisis contrarias a las más populares y su enorme atrevimiento, rozando la temeridad. En cuanto a lo primero os quiero remitir a La Carta de la Bolsa. Ahí es donde publica con perioricidad sus análisis este estudioso. También podéis encontrarlos en el foro de la burbuja inmobiliaria con el que tenéis enlace a través de este blog. Para hablar de lo segundo, de su valentía, es necesario escuchar o leer al personaje antes. Apocalíptico casi siempre pero acertado en sus previsiones por encima de la media, Niño Becerra se dirige a sus lectores como si fuesen gente común y corriente. Su tono es tan sencillo que cualquiera sin grandes nociones de economía puede adentrarse en los secretos de los macro números. No voy a ofrecer datos concretos en este artículo por impertinentes y antiestéticos pero sí quiero definir, a grandes rasgos, el panorama venidero según el Profesor.
En el momento actual nos encontramos en la pre-crisis. Para nada hemos tocado fondo, ni mucho menos. Nos esperan meses de mucho paro, relentización del consumo y de casi todas las actividades. La crisis auténtica comenzaría aproximadamente en un par de años. Entonces se desplomaría la economía mundial y el sistema capitalista basado en el hiperconsumo y el hipercrédito estaría ya herido de muerte. Poco a poco se avanzaría en unos cuatro años hacia un nuevo modelo económico basado ahora en la eficiencia. Todo lo que esté de más sería anulado del sistema. Lo que sobre caerá por su propio peso y muchos quedarán por los suelos heridos mientras se reestablece el equilibrio. Fin de la crisis aproximado para dos mil quince. Ya nada volvería a ser como fue hasta ahora.
Con el dibujo en blanco y negro de este panorama podemos hacernos la idea de que si lo que sostienen estas tesis es cierto, la clase política y sus voceros estarían muy despistados en el momento actual. Un arriesgado Gabilondo, desde la tribuna de Noticias Cuatro, habla en tono comprometido, pero son casos puntuales los que se atreven a contar lo que estaría por venir. Los titulares ahora son más light. En unas semanas tenemos elecciones en EEUU y no toca alarmar más de la cuenta a los ciudadanos. Bastante les sube la tensión cada vez que han de hacer frente a sus recibos y redescubren a Bush con un nuevo mensaje matinal. En casa, el gobierno socialista tampoco jugó limpio. Negó la crisis hasta que le fue posible y las encuentas ahora se lo están cobrando. Rajoy saca pecho antes de que se lo partan. Santiago Niño Becerra puede ser uno de esos catastrofistas que alardean de sus conocimientos mientras se llenan los bolsillos de populariadad, puede ser. No lo creo. El tiempo nos dirá si el sistema morirá en nuestras manos porque en nuestros corazones ya no le queda aliento. Dentro de unas horas saldrá adelante el Plan de Rescate Segunda Parte para poner parches a la rueda de la bici. Pero no hablábamos de ruedas de bicicletas... ¿o sí? En bicicletas por el campo cantábamos de jóvenes aquella cancioncilla que ahora se me viene a la cabeza: "ahora que vamos despacio, vamos a contar mentiras, tralará". Hasta mañana temerosos defensores de vuestras ideas. Hasta mañana talentos al acecho de nuevos indicios. Hasta mañana lectores de nuevos códigos. Hasta mañana profesores de otras cátedras. Hasta mañana J.

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